Honest Jon’s Records, ese amplio sello inglés restaurador de principios y magnitudes, editó hace diez años uno de mis discos favoritos del gran y subvalorado Terry Hall. The Hour of Two Lights, es una colaboración que Hall realizó con el productor Mushtaq justo en la época en que George Bush, Tony Blair y neoconservadores diseñaban sus visiones apocalípticas para Irak y el resto del medio oriente. Nunca siendo un artista acostumbrado a callar lo que se tiene que decir, ya sea con The Specials o Fun Boy Three, Terry Hall aprovecha el esquema de la música global para comentar discretamente acerca de eso que políticamente se avecinaba; y a pesar de ser menos ácido e incisivo que en sus primeros años, aquí hay una belleza emocional llena de texturas que nunca antes había palpado en su extensa obra musical.
Aquí hay una belleza emocional llena de texturas que nunca antes había palpado en Terry Hall.
Más allá del colonialismo cultural musical que Terry Hall y Mushtaq pudieran sugerir al integrar ritmos tumbados de hip-hop con el canto de una niña libanesa de doce años, un rapero ciego de Algeria, una banda de gitanos polacos, vocalistas hebreos y un flautista de Siria, la excusa tiene el propósito de ilustrar y contextualizar el gran valor musical que los migrantes han aportado a la cultura del reino unido. Justo como sucedió en los 80’s con migrantes jamaiquinos y su influencia en el movimiento 2 Tone, lo de Terry Hall y Mushtaq dibuja el esquema de una esperanza racial integradora que jamás logró Damon Albarn y que seguro sigue dando jaquecas a Morrissey y a otros segregadores de la cultura.