El 2014 corre que vuela, y en un cerrar de ojos ya nos chutamos una tercera parte de éste en búsquedas infructíferas de discos que prometen y que poco entregan. Sin embargo, no hay tanta decepción ya que el 2014 propició un buen arranque para la música electrónica bailable con ese extra punch de vanguardia. Salvo los aplausos por doquier a los discos de Todd Terje y Skrillex (no tanto para Sonny John Moore, en verdad) en días recientes, lo de abajo representa aquello que pudiera aún revocar intenciones y apreciaciones simples de lo que la música electrónica es ahora. Más allá de extensas jornadas de baile de alto impacto, lo práctico y el desenfreno, lo que resalta en los cinco releases que recomiendo es un regreso a templetes básico de techno, aumentado todo con precisión y navegación aérea.
El Workshop 19 de Kassem Mosse se distingue por esos pequeños y sutiles acentos que el productor alemán imprime en su álbum de título genérico para Workshop. Pareciera ser que poco sucede, pero hay una persistente desorientación que permite engranarse en las discretas atmósferas y detalles improvisados que adornan sus composiciones. Lo mejor sucede en los tracks A1, B2 y D1, en donde los patrones se tornan hipnóticos, insistentes y esporádicos, abriendo nuevos campos para entender y bailar techno.
En el Churches Schools and Guns del italiano Lucy encuentro un espíritu de búsqueda interior en la música electrónica que no había visto desde los años de la inteligencia artificial de Warp, por esa preocupación de decir tanto con tan poco. De corte experimental y oscuro, lo de Lucy brilla a pesar de las sofocantes atmósferas que abundan por todos lados. El jefe del sello Stroboscopic Artefacts, ha creado una bella y lúgubre placa que invade sueños de noche y de día.
The Aquaplano Sessions de Donato Dozzy & Nuel es una colección de tracks de ambient techno que el dúo italiano grabó hace cinco años. No soy tan fan de la grabación, sin embargo se trata de una grabación sincera llena de parajes techno que muestran un lado muy cálido que hace mucho no sentía. Uno puede casi ver a Dozzy y Nuel girar botones y lanzar atmósferas aquamarinas a tu mente de fácil distracción. Son procesos muy humanos y aptos para el baile, aquí las máquinas no hablan por sí mismas y permiten lo que sus amos designan.
El productor alemán Efdemin, editando Decay para el sello Dial de Lawrence, logra simplificar con finura el dub techno que Dozzy & Nuel parecen realizar con aparatos analógicos. Dejando un poco el ritmo machacón de sus anteriores grabaciones, Efdemin parece involucrar una narrativa de grabaciones esporádicas y espacios ilimitados que se expanden como caprichosos gases. El homenaje esta vez no es para Chicago, sino para un género que no termina de crecer sobre sí mismo. Tal vez lo más reciente de Tobias, A Series of Shocks, pudiera agregar algo a esta conversación. Tal vez.
Lo que nos trae a Solens Arc, lo más nuevo de Kanding Ray, quien logra construir uno de los discos de techno mejor realizados en tiempos recientes. No solo por la magnífica producción, sino por esa urgencia, destello y elegancia que Kanding Ray imprime con fuerza y decisión. También la grabación tiene un concepto casi literario en los títulos de sus tracks que inmediatamente lo saca del yugo anónimo que muchos discos de Raster-Noton parecen tener. Hay mucha profundidad aquí, no solo en las atmósferas y sus memorables armonías, sino en esa totalidad abrumadora que es bella y aterradora a la vez. Es forma y función, abrazándose y besándose a sí misma.
Dedicado con afecto y admiración a Nicolás Guerrero y Rubén A. Tamayo.
Artículo publicado en Noisey/VICE en abril 14 del 2014.