Extraño la sensación de compartir música de una manera que no dependa de plataformas digitales. Echo de menos escribir sobre música en un medio accesible para muchos, sin la distracción constante de clics, cuts y algoritmos que nos desvían de lo esencial. Sin embargo, también valoro las infinitas posibilidades y la comodidad de poder compartir música de manera instantánea. A pesar de esto, siento que en el proceso se ha perdido el soul de la experiencia: esa conexión directa con los demás, ese espacio para reír, soñar y llorar a través de la música.

En marzo he estado escuchando mucho lo nuevo de Panda Bear, desde su pasada colaboración con Sonic Boom, termina gustándome más que lo de su colectivo animal. El cover que le hace Mabe Fratti a Lucrecia Dalt, al estilo de Tom Waits, es afablemente dulce, mientras que las evocadoras viñetas nocturnas de Saint Etienne siguen explorando ese misterioso encanto que la oscuridad puede ofrecer. Y ya en eso de explorar profundidades, me encanta lo nuevo de Jon Tye (el jefe de Lo Recordings) bajo el pseudónimo de Ocean Moon, que entrega un clásico álbum de ambient con tintes de era nueva modernera. Concluyo la playlist con lo más reciente del improv folk de David Grubbs (Gastr Del Sol), que me deja soñando con lo que hubiera sido un disco cantado. Finalmente, ahora sí, incluyo uno de los temas de Yo La Tengo para el film Old Joy de la gran Kelly Reichardt.
Abril retornará …