La música mecánica de Pierre Bastien

El músico francés Pierre Bastien es tal vez uno de los últimos soñadores musicales, un surrealista sonoro que trabaja con máquinas, les da vida, las escucha y las hace cantar. Es el sueño hecho realidad de los italianos futuristas y también nuestra memoria más cercana a una inocencia tecnológica que rehusa desaparecer. Entre el performance, el arte objeto y la vanguardia sonora, el trabajo de Pierre Bastien maravilla y cuenta narrativas arcanas con objetos imprecisos, mecánicos y llenos de una hermosura finita. Y justo al lado de ese decaimiento musical marcado por el tiempo y el espacio, Pierre Bastien acompaña a su orquesta con su extraña y fantasmal trompeta.

Su más reciente disco es Blue As an Orange, un disco de jazz e improvisación mecánica que está llena de palíndromos musicales y literales. Pierre Bastien fue parte del cartel del Festival Nrmal 2016 en CDMX.

Ejival: ¿Sueñas con tus maquinas?

Pierre Bastien: No, solo a veces en mis pesadillas, sueño que llego al escenario y lo único que esta listo es la trompeta, lo demás está en la maleta y es horrible ese sentimiento.

¿Crees que tus maquinas sueñen?

Espero, es interesante la pregunta, me recuerda muchos libros que he leído en el pasado o libros del siglo XIX, los de Raymond Rousel, donde las maquinas intentan recrear la vida real, las mías solo intentan crear buena música y también imágenes. Intento hacer algo romántico, cosas eficaces.

Dices que intentan recrear imágenes ¿qué tipo de imágenes están tratando de crear?

He comprobado que cada maquina tiene su estilo, su estética, visualmente también. Cuando suenan están chulas, ahora pongo una cámara de video frente a la principal y la proyecto en directo esa imagen, las maquinas que voy a traer a México son unas donde puedo trabajar con cosas adentro donde se puede cambiar la música, hago una especie de dj con las máquinas, porque cambio eventualmente los ritmos, los acordes y los sonidos. Es interesante ver la maquina y su evolución a lo largo del concierto y ver mis dedos sobre la pantalla y como están trabajando sobre la máquina como dedos de mecánico.

Una de las preguntas que te iba a hacer tiene que ver con la cultura del dj, en el sentido que los dj ahora nada más aprietan un botón y parece como clase de aerobics ¿qué piensas acerca de eso? Justamente mencionas que tu trabajo es más complicado, más preciso, más delicado también y al parecer la gente perezosa que nada más aprieta un botón, ahora tiene mucho éxito.

No podría, porque soy tímido para hacerlo. Necesito tener trabajo para olvidarme de esta timidez, es una preocupación constante, es anticipar eso y tener trabajo, lo más posible. Entonces me olvido un poco del estrés, de los nervios, además pienso que para la gente es agradable ver a alguien trabajando duro para ellos.

¿Alguna de tus máquinas ha muerto, ha dejado de existir?

Una o dos, pero he construido muchas, 200 o 300, no lo sé. Una o dos, por que por mis nervios, siempre puedo cambiarlas, son de goma igual las articulaciones, hay que añadirles grasa o aceite, pero cambiarles el corazón no es tan terrible y a veces se cambia todo el motor.

¿Te has puesto triste si una maquina muere?

Si, porque le pongo sentimiento a eso, por ejemplo, mueren temporalmente porque las pongo en una caja y me olvido de ellas. A veces las encuentro varios años después, las pongo en marcha y es como reencontrar un amigo, especialmente cuando toco con esa máquina, recuerdo cosas que podía hacer con esa máquina y la música que pude salir de eso y luego le cambian los efectos del amigo … de la máquina. Me acuerdo cuando encontré esa máquina que toca tijeras y me habían pedido un tema con tijeras, puse la máquina en marcha y tocó con un ritmo increíble y las tijeras estaban activadas con un motor y varias velocidades, sonaba alegre y muy rápido. Después de un rato, encima del ritmo sonaba un tic tic muy rápido que me confundía con el compás y cometía errores, realmente eso me ocurrió varias veces. Viene ese sentimiento de alegría y después te das cuenta de sus defectos.

¿Los títulos de tus canciones son palíndromos verdad? Son como loops, me da esa sensación.

Exactamente, son como loops, como ruedas. Para mi son un reflejo, un equivalente a la música que hacen las máquinas. También un palíndromo no tiene sentido, no lo has anticipado. Ese sentido viene como metafísico.

También otra cosa que sentí en el nuevo disco Blue as an Orange, hay como una familiaridad que me da al escuchar tus piezas o algo que me remota a otro tiempo ¿no? Y es como que muy cálido, muy analog, muy warm. Hay una familiaridad en la música, quisiera que me hablaras de eso.

Es verdad, yo lo explico de una manera, soy músico y he trabajado de músico por más de 40 años pero mi formación fue literaria, entonces utilizo ingredientes y sistemas, melodías, armonías, etc que todos conocen y parece que si tengo algo que hacer en la vanguardia y en la música experimental con la combinación de todo eso que es un poquito rara, pero si tomas cada elemento, uno por uno todos son conocidos o familiares.

¿Ya has estado en México anteriormente, qué es lo que más te gusta de este país?

Me gustan muchas cosas, la simpatía de la gente que he encontrado, la comicidad del público, he tenido esas experiencias en todas las ciudades que he actuado, por ejemplo Guanajuato, que era un festival muy importante al cual venia mucha gente, en Morelia, Querétaro y Puebla. En Querétaro he tocado en una universidad y las universidades son en el centro de la ciudad y yo soy totalmente desconocido en México, pero ha venido mucha gente en cada ciudad, un publico entusiasta, un publico interesado en descubrir algo raro y eso me ha encantado. Si haces la misma proposición en Paris o en Londres vendrán menos, la gente ha visto tantas cosas diferentes pero en México el contacto con la gente es diferente, la gente aquí es muy casual.

Artículo publicado en Noiselab en marzo del 2016.


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