The Necks – Travel
Este disco sirve para viajar, pero en el tiempo, hacia los lados, no hacia el futuro o el pasado, es para ampliar momentos. Más allá del jazz e improvisación, The Necks hacen cosas con las manos y la mente, creando puntos intermedios para acortar distancias. Este veterano trío australiano sabe por dónde masca el marsupial.
Loscil & Lawrence English – Colours of Air
Dos másters del ambient enseñan cómo reconstruir el ambient, transformando una colección de grabaciones de un órgano de tubos en sonidos majestuosos, en colores y vibrantes estados de ánimo que son difíciles de describir con palabras. Son piezas para imaginar nuevos planetas, lenguajes y emociones. Es para treparle al soundsystem y hacer que el aire se respire a sí mismo.
Kassel Jaeger – Shifted in Dreams
Algo similar a lo de Loscil y English sucede con lo reciente de Kassel Jaeger, que entrega tal vez su álbum más accesible a la fecha. Pero aún así no se trata de simples atmósferas, es algo para la escucha profunda que pretende encontrar respuesta a los orígenes psíquicos de la música. Esta montaña también es atemporal, y también se puede llegar a su cima, escalando con ojos cerrados.
Hollie Kenniff – We All Have Places That We Miss
En una vertiente más soft de ambient, está lo de Hollie Kennif, que encanta con parajes armónicos y campos melódicos que elevan a cualquier espíritu a nuevos albores. Más cercano a los mundos de Sigur Ros o Mary Lattimore, al ser una continuación de desiertos que reflejan estrellas y lo sublime de las primeras horas de luz en cualquier día.
The Church – The Hypnogogue
Dad rock del bueno. Cuando ya dábamos por finalizada la misa de Steve Kilbey, resulta que la redundancia de su psicodelia tiene sentido en este álbum conceptual que matiza los mejores momentos de los discos noventeros de The Church (Gold Afternoon Fix y Priest = Aura). No se extraña la alineación clásica de The Church, sino sentarse frente al estéreo e imaginar lados oscuros de lunas y épicas óperas de rock en torno a pinball machines.
Yo La Tengo – This Stupid World
Por más outdated que suene el sentimiento anterior con The Church, lo mismo siento con lo más nuevo de YLT, aunque en otro sentido. Aquí la nostalgia pega de diferente forma, recordando que todo regresa, nada se extingue, y que a pesar de lo estúpidas que sean las cosas en el mundo, uno cuenta aún con sus ídolos para recaer y dejarse abrazar en ese escape que es fundamental para continuar adelante.